domingo, 8 de junio de 2014

De por qué no me apareo contigo¡¡

Con sus falencias y limitaciones, la teoría de la evolución nos ha enseñado unas cuentas verdades sobre la relación entre los individuos y las especies, una de ellas es que, en la cadena biológica el pez grande se come al chico y que en últimas sobrevive el mas fuerte, vagas verdades con un toque importante de realidad.

Y es que, a qué mujer no se la ha pasado la pregunta por su cabeza cuando piensa en un tipo como vos, ¿Que le vi?. Pues bueno tal vez las siguientes consideraciones sean muy vagas aún, pero pueden ayudar a plantear aunque sea mas preguntas que respuestas.

Es importante mencionar en primer lugar que tanto hombres como mujeres somos seres biológicos, esto independiente de lo otro (que lo cultural, que lo espiritual, que lo religioso, mítico, místico, tántrico, moral), lo cual nos introduce de inmediato en la competencia por la supervivencia, competencia dada por la regulación natural y por la lucha entre las especies.

Si entendemos la atracción sexual como la forma por medio de la cual dos personas se buscan para aparearse, podemos entender entonces la atracción como el motor de la reproducción y la reproducción como la garantía de la permanencia. lo que quiero decir es que finalmente para la supervivencia de la especie, el aparearse es fundamental.

Pero no solo se trata de permanencia se trata de ser fuerte para competir contra los otros individuos y perpetuarnos generacionalmente. Partiendo de este supuesto tus genes al buscar las mejores opciones para permanecer y perpetuarse, generaran los mecanismos para que lo hagas con uno de tu especie que pueda aportarte estas cualidades desde los suyos y así garantizarte unos buenos descendientes

Los tipos como tu, con su actitud dominante (Neardental como dirían Susana y Elvira), lo que hacen es generar en la hembra la ilusión que allí hay una muy buena oportunidad de aparearse la oportunidad de tener a cambio dignos representantes de su especie una vez haya descendencia.

Las actitudes dominantes, distantes, machotas y hasta malparidas, generan en la hembra la ficción de que esta frente a un competidor muy bueno, uno muy escaso, uno que ha sabido ser el mas fuerte, no uno del común que se aparea con cualquiera, no. Uno en el que puedes confiar tu prole.

Finalmente esta ilusión atrae a la hembra que para el caso de las de nuestra especie debe responder a los valores de la cultura, sublimando su interés reproductivo en pasión, búsqueda de la estabilidad en el entorno de lo sexual, adhesión corporal, auditiva, olfativa, textual y oral, en una palabra en la tan manoseada palabra, en amor.

El problema es que esta visión plana de la competencia, la sexualidad y la vida; no incluye lo que las mujeres hemos ganado en el plano de la representación de nosotras mismas y de los otros, ¿Esto ha sido bueno o malo? no sabría decirlo, pero si puedo asegurar que nos ha cualificado en las relaciones que establecemos bien sea de amigos, pareja, familia e incluso en la maternidad.

Lo que quiero decir es que este discurso del amor por apareamiento, que aún nos quieren hacer meter por boca y nariz no es amor. Nada de eso que las mujeres decimos sentir por tipos como tu puede serlo. Porque algunas de nosotras henos reconocido que lo que ustedes terminan demostrando es una evidente ineficiencia en el ejercicio de los demás valores culturales adquiridos y ganados tanto con la evolución como con el reconocimiento del otro a nuestro mismo nivel. valores como el respeto, la confianza, la constancia, la comunicación y sobre todo el buen trato.

Finalmente tiene tanto de biológico como de humano enamorarse y desde ambas posturas tengo mis razones para no aparearme contigo. Desde lo biológico, como hembra dominante que soy dentro de mi especie me queda la enorme duda de la virilidad de un macho que no hace un proceso de cortejo en las temporalidades y los espacios que han de ser para convencer a su consorte de que él es el apropiado para reproducirse. Los machos como tu terminan siendo iguales en el sexo que en la vida cotidiana: inmediatos, aburridos y aún así, exigentes. Tampoco me convence un macho que se pavonee a larga vista y de manera intermitente, puede que no este seguro de su condición y esto realmente no es saludable para ninguna de las partes.

Mis razones para no enamorarme de ti desde lo humano es que soy una de esas hembras que como ya lo has podido leer no comen cuento de macho, no creen en falsos plumajes de palabras bonitas, ni en posibilidades de que todo funcione si te sometes a la voluntad del otro, de esas mujeres que no buscan en la reproducción la forma única de permanecer como especie y mucho menos de obtener la protección y el cuidado de su pareja.

Tanto desde lo biológico como desde lo social, las especies primero se comunican y luego se aparean, aunque como tal el acto sexual, sea un ejercicio de comunicación, así que no me vengas a decir que puedes venir a hacer una cosa sin la otra y hacerla bien.